El paso de las dos bandas de música de Membrilla unidas por primera vez en una Semana Santa…

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A vueltas con la Semana Santa en esta Octava de Pascua, donde el júbilo del Domingo de Resurrección se prolonga ocho días seguidos como si fuera uno, destacamos la tríada de novedades que han protagonizado la edición 2023. Con unas condiciones meteorológicas excepcionales en cuanto temperaturas, terribles en cuanto a las consecuencias medioambientales de la sequía, los actos cofrades y litúrgicos han seguido la estela marcada en años anteriores. Sin embargo, tres aspectos sí han sido diferentes este año: la remozada imagen de la Soledad tras su reciente proceso de restauración, la histórica presencia de la Virgen de los Dolores en la Procesión del Santo Entierro y el paso de las dos bandas de música de la localidad, -Banda de Música Virgen del Espino y Asociación Musical Maestro Emilio Cano-, unidas por primera vez en una Semana Santa, tanto como excepcional banda de palio de nuestras Dolorosas como en el Concierto Sacro del Martes Santo.

Lo primero ya lo anunciaron en la procesión del Jueves Santo, cuando la Virgen de la Esperanza comenzó a andar desde la portada sur del templo de Santiago el Mayor arropada por las notas de una impresionante Mi Amargura ofrecida por la nueva gran banda local. Y se siguió disfrutando en la Madrugada, en el Santo Entierro y el Domingo de Resurrección.

Lo segundo lo pudieron comprobar los centenares de vecinos que se congregaron en el interior del mismo templo en la tarde del Martes Santo, para asistir al primer Concierto Sacro conjunto, una cita con la mejor música cofrade que impresionó y emocionó a los espectadores, en un marco de respeto, catequesis cofrade y oración musical que tuvo además una finalidad solidaria destinada a Cáritas Diocesana.

Veintisiete años después del primer Concierto Sacro, -ofrecido el 31 de marzo de 1996, Domingo de Ramos, por la Asociación Musical Maestro Emilio Cano-, Membrilla disfrutó de la mano de sus dos bandas de marchas como Palio Blanco, La última noche, Miércoles Santo en Granada, Ave María, en una primera parte dirigida por Jesús Herrera. 

 

En una segunda parte, de cuya dirección se hizo cargo Gustavo Ramírez, se interpretaron piezas sinfónicas como el siempre impresionante Movimiento tercero de La Pasió de Crist, de Ferrer Ferrán, y de Paradiso, el 4º movimiento de The Divine Comedy, de Robert Williams Smith. Junto a ellas, marchas bellas como Mesopotamia, de José Vélez García.

El concierto se cerró con un par de piezas fuera de programa: dos marchas que describen por sí mismas el sentimiento más profundo de la Semana Santa: Mi Amargura y La Saeta.

 

 

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