El Pabellón del Espino vivió una de sus noches más inolvidables el pasado sábado con motivo del concierto de Pop Español ofrecido por la Unión Musical de Membrilla: Emoción palpable en los más de seiscientos vecinos y vecinas que se sumaron a los músicos a beneficio de la lucha contra el cáncer, representada en el trabajo que realiza la Junta Local de la AECC Membrilla.
Y mucha música de la buena. Y mucha diversión. La Unión Musical de Membrilla, dirigida por Gustavo Ramírez y Jesús Herrera, regaló al público un viaje a través del tiempo para disfrutar de las canciones que marcaron toda una época. Hits de la música pop y rock española que no solo sonaban en radios y discotecas en los 70 y 80, sino que han trascendido a lo largo de los años de generación en generación, hasta convertirse en auténticos himnos. Miguel Ríos, Alaska, Mecano, Los Secretos, Tino Casal, una selección de piezas eurovisivas y un recorrido por las bandas sonoras de los "dibujos" de nuestra infancia…
Pero el regalo fue en esta ocasión extraordinario porque sobre el escenario se contó con las voces de tres verdaderos artistas, grandes personas, que quisieron sumarse a la causa, sumando un plus de diversión y sensibilidad a cada pieza: Pablo Roncero, María Alumbreros y Sandra Fernández.
Una noche realmente impresionante, no solo para el público, sino también para los músicos, cantantes y miembros de la AECC, que vivieron un intenso cierre con la versión española de “I Will survive”, que puso el pabellón en pie y las emociones a flor de piel.
Así lo reconocen desde la misma Unión Musical de Membrilla: “Para nosotros ha sido un privilegio realizar este concierto. La idea nació el año pasado. Queríamos hacerlo en la Plaza Grande, para disfrute de todos. Una vez que desde la AECC se ponen en contacto con la banda, cambiamos de plan. Ellos querían hacerlo antes, pero les propusimos esta fecha: por temática, por participación, por momento del año… y ha sido todo un éxito. Además, cuando cuentas con la colaboración de Sandra, María y Pablo, los resultados son exponenciales.
Cuando sales al escenario y ves todo un pabellón lleno hasta la bandera, en el que se han tenido que traer sillas desde nuestra sede porque ya no había más… te vienes arriba, te creces y das lo mejor de ti. Y en este caso, con el repertorio que habíamos trabajado sabíamos que iba a ser un gran concierto. Pero poco a poco las sensaciones se van multiplicando y el estado de euforia en el que te sientes después de hacer “Bienvenidos” solo hace que el concierto vaya a mejor. Y así fue: público y músicos entregados y disfrutando de la música, ese arte que nos hace diferentes. Ese arte que nos mantiene vivos.
Estamos muy orgullosos por haber podido colaborar con un pedacito de nuestro día a día a una causa tan humana. Poco a poco, paso a paso iremos venciendo a esta terrible enfermedad. Y mientras llega ese día, lucharemos para que aquellos que la sufran en su piel o en su entorno, tengan una recuperación lo más pronta y lo menos agresiva posible.”