Ratio: 5 / 5
Seiscientas doce raciones de caldereta se repartieron el pasado domingo en la Comida Popular de Membrilla, una actividad enmarcada en los días previos a la fiesta de los Desposorios que año tras año sigue sumando incondicionales. Sobre todo porque lo más importante no es la comida, sino su objetivo: los beneficios van destinados íntegramente a la Asociación Española Contra el Cáncer y sus proyectos de investigación y asistencia a enfermos y familias.
Los protagonistas de esta historia solidaria son casi todos vecinos y vecinas de Membrilla y, aunque luchan juntos, lo hacen desde diferentes perspectivas:
Por un lado, la Junta Local de la AECC, que acumularon horas y horas de trabajo para organizar todo el evento en el Pabellón del Espino y encargarse de la preparación y distribución de la comida, que incluye postre y bebida.
Junto a ellos, lidiaron contra el calor los cuatro miembros de Harina la que pida, asociación vinculada al mundo culinario que fue la encargada de cocinar la caldereta en los exteriores del pabellón.
Nada de esto tendría sentido sin los vecinos y vecinas de Membrilla que, superando el miedo a las altas temperaturas del domingo, se acercaron hasta el pabellón del Espino bien para comer allí, bien para llevarse las raciones a casa. Más de seiscientos agradecimientos por su apoyo a esta causa.
Y, completando el equipo, el Ayuntamiento local, encargados de ceder las instalaciones del Pabellón y de correr con todos los gastos de ingredientes y materiales.
Como señalan desde la AECC, “tenemos un gran camino por delante”. El pasado domingo el pueblo de Membrilla dio un paso importante.
Gracias a todos.
