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Capítulo 31. El repertorio. "Renovarse o morir"

No había sido en balde el esfuerzo de Antonio en aprenderse la infinidad de datos futbolísticos de las fichas que le preparó su amigo Cristian, pues los usaba en las actuaciones ante el público que le seguían pidiendo en los pueblos de la provincia. Pero se percató de que le era necesario renovar el repertorio si no quería repetirse en sus actuaciones. Incluso le llamaban de las radios locales que empezaban a proliferar. Se trataba de programas nocturnos en los que existía mayor permisividad de contenidos y Antonio podía dar rienda suelta a sus chistes verdes y subidos de tono. Así que aquel verano cuando llegó Cristian hablaron del tema, y se pusieron a cavilar. Fue así como elaboraron una serie de composiciones de corte humorístico. Como la carta de una madre a su hijo en Madrid.

A mi querido higo mío Crisostomo de Luna Rabon.

En Madrí en una calle mu larga junto a un montón de nieve y el número tapao con barro.

Querido higo mio: Cuentes que malegrare talles si no con salu en la calle. Saberas como enestos días estao mu malica. Saberas como tu paire sa morio espantinjao pero la enfermeda no a sio de cudiao. Labemos acio un enterrumiento mu solene y grave porque iban los esclusiasticos con las sobrepollinas y las camisetas de ajuera y los mundungurrirrios con el arteson de plata grande. Antidispues predico el insolentismo paire Juan el de las calzas verdes.

Saberas como tu hermano Mierdamasico sa enceroniao la magratica pa ser cerdote y to el día esta con las conjuraciones de los higos y las brevas.

Saberas como la Mecolasa sa embrutecio mas de lo que estaba y se fue con los sordaos.

Sin mas por oy recibe los memoriales del tio Perico Lesmes y de Mierdamasico. Tu higo lo que quieras desta tu maire que menos te quiere ni verte desea.

Maria Jerringorrio y Chaparro

Satisfechos con el resultado decidieron preparar otra pieza en el mismo tono para que el repertorio contara más de tema palurdo. Esta vez se meterían con la autoridad de forma versificada.

Pregón del pueblo

De orden del señor alcaide las mocicas desti pueblo

Darán junción de treato pa to el que quiera ir a velo,

En mi cuadra ques mu grande y cabemos tos drento.

Como semos mu animales a los mozos les alvierto

No rebuznar ni dar coces ni patas en el suelo

Y aunque tengáis a las mocicas mu cerquica

Estaus quietos y no les tiris pelliscos en ninguna parte il cuerpo

No purque estéis en la cuadra sus creáis que esta bien hecho

No llevar vino ni na que sus disloque el celebro

Pues a to el que se emborrache le volverá a poner cuerdo

La estaca que pa estos casos tie Bienvenido el sereno

No icil frases oscenas ni sus pongáis us lo ruego

En ese estao alarmante que se ponen los jumentos

Cuando están cerca la burra y están barruntando el pienso

Si alguna moza al descudio sus enseña mas de un deo

De lo que debe estar oculto en toa clase de tiempo

Cuidiao con interrmpil ni hablándolas ni con gestos

A los questan allí arriba de piculinas iciendo

Habra sillas a dos riales y bancos a rial y medio

Pus los pisebres serán como los tindíos puestos

Pa el alcalde el deputao y pa to el  ayuntamiento

Ya podis tener cudiao pus al que sea zopenco

Y no escuche la junción mu quietico y en silencio

El alcalde bajara de su pisebre un momento

Y a guantazos y trompas le agarrara del piscuezo

Y lo meterá en la cárcel vinti años, eso lo menos

Antimas como mañana llegaran los forasteros

Pa que vean que hay música to el que tenga cencerros

Que se llegue a la estación y se los cuelgue al pescuezo

Y en cuantico el tren se pare con juerza y al mismo tiempo

Las mozas canten la jota y acompañen los cencerros

Esto manda vuestro alcalde constitucional del pueblo

Como mayor queredad de saber y gobierno

Conque no seais remolones y seguir tos los consejos

Que sus da la autorida, vuestro alcalde

Blas Melendo

Tanto Cristian como Antonio se reían a mandíbula batiente con las composiciones. “Me acuerdo de cuando era monago y las perrerías que hacíamos en la iglesia” comentó Antonio. “Pues entonces vendría al pelo una composición que conozco y que sería como un musical cantado vestido de monaguillo con otros haciendo los coros” Añadió Cristian.

Los monaguillos

Con permiso de ustedes quieren pasar

Unos cuantos monagos para cantar.

Aquí llega el orondo con el cirial,

Por sus cuatro costados chorreando sal.

Ya está aquí el rompe esquilas y el vinajeras,

Y también ha llegado el apaga velas.

Podéis pasar… podéis pasar-

Con su permiso.

Logrado está

Muy buenas noches, sin par reunión,

Muy buenas noches… ¡Chitón!

Somos de la parroquia los monaguillos, los monaguillos,

Un cabildo en pequeño de diez chiquillos.

Tomamos por asalto alguna misa, algún rosario,

Conquistando  a tortazos el incensario.

Cantamos “De profundis” y “misereres”

Vísperas, gozos, salmos y “Recorderis”.

Nos comemos las hostias por los pasillos,

Sacudimos las perras de los cepillos.

No suenan las campanas ni el organillo ni el campanillo,

Si antes no le dan “cuerda” al monaguillo.

Cuando hay bautizo o boda

Pobre padrino, pobre madrina!

Les salimos monagos en cada esquina.

Cuando se acaba la misa, la haya seguido quien quiera,

Es costumbre ir deprisa y apurar las vinajeras,

Pues si estando en trance, alguno ha “sospechao” la jugada,

Bailamos una habanera, a impulsos de una patada.

Por lo cual hay que tener mucho “pesquisis” de aquí,

Para apurar vinajeras y el bulto escurrir de allí,

Porque si algún sacristán nos pilla en tal situación

Por lo menos mes y medio usaremos polisón.

Vamos, muchachos, a descansar, que al toque de alba listo hay que estar.

¿Hay misa gorda?  “Si” ¿De verdad?

Pues para el asalto hay que descansar.

El toque de campanas saca de quicio

A estos monaguillos de poco juicio,

Y cuando las oímos, sin vacilar,

comenzamos nosotros, a desfilar.

Paraban, paraban, paraban, paraban.

Y con esto se despide de tan buena sociedad,

este coro de monagos honra y prez de la ciudad.

Buenas noches caballeros, buenas noches y a cenar,

Que mañana hay misa gorda, y queremos descansar.

“O revuar”  “O revuar” “O revuar”…

 

“Es estupendo Cristian, pero será necesaria la participación de algunos muchachos haciendo de monaguillos”.  “La operación del riñón de Gila que hacías antes, se puede poner en escena de otra manera y cantando. Tú conoces a gente que puede actuar contigo. En ese caso se puede montar un número muy gracioso. Te lo canto”

La operación del riñón

Venid, doctores aquí y reunidos, demos la opinión

Que el caso Eustaquio Regúlez merezca vuestra consideración

Venid, doctores aquí, vuestros consejos quiero yo escuchar.

Con gusto se lo daremos para al Eustaquio poder sanar.

La historia comienza así:

Era una noche de luna, en un inmundo pueblacho,

Cuando se tragó una uva, este asqueroso muchacho.

¡Pobrecillo! ¡Pobrecillo!

Le entraron tales dolores, que por poco no las diña,

Y entre tantos estertores llamó al doctor de la villa,

Que le recetó aspirinas con un poco de agua sucia.

Señor interno Fernández, déjese de tanta paja,

No hace falta tanta historia, pa saber lo que le pasa.

Que qué hay de particulillo, que qué hay de particular

Me paice ques del seguro, pasémosle ya a explorar.

Muy bien, muy bien, muy bien vamos a explorar.

¡Yo tó lo sé, lo sé, losé. Dejaime a mi, a mí, a mí!

Que a este gachó lo curo yo. Y yo sabré ponerle bien.

Diga usted 33, diga usted 33, diga usted 33 repita usted,

“treinta y tres…”

Compañero, tú qué opinas… Yo que tiene unas anginas.

¿Por qué tiene unas anginas? Porque tiene la voz muy fina.

Compañero tú qué opinas…Yo que tiene apendicitis

¿Por qué tiene apendicitis? Porque tiene mucha colitis.

Y de esta opinión nadie nos sacará,

Se opera o no se opera, no hay más que hablar.

Ya viene el operador, bailando alegre el “bayón”,

Armao de sierra y cortante bisturí.

¡Tengo ganas muchas ganas de operar!,

Dicen todos al verme pasar: doctor ¿dónde va?

Le voy a cortar un riñón.

Anestesista, anestesista: duerma usted a este señor.

Soy un artista, a este tío  le duermo yo,

Cojo la estaca y queda como un lirón.

Por favor, por favor, no me duerma usted así,

Que anestesiar sin  golpear es mi mayor felicidad.

Rajar, rajar, rajar, es mi mayor felicidad,

Rajar, rajar, rajar, para después poder cobrar.

¿Dónde está el riñón? Matarile, rile, rile.

¿Dónde está el riñón? Matarile, rile y ron. Chin pon.

En la fosa renal, matarile, rile, rile.

En la fosa renal, matarile, rile, rile, ron, chin pon.

Por aquí yo no lo veo, matarile…

Se lo habrá comido un gato, matarile…

Creyendo que era un ratón, chin pon.

Si no encuentro la fosa renal le corto otra cosa y es igual.

La cosa se complica, sin querer le he cortado ya otra tripa.

¡Caramba Don Honorio! Hace usted más muertes que el Tenorio.

Cósale bien Don Honorio, cósale bien por favor,

Que se pone muy malito el pobrecito señor.

A coser se ha dicho a este bicho, a este bicho,

A coser se ha dicho pa marcharnos a cenar.

“Dies ire, dies ila”

Ya se murió el burro que acarreaba la vinagre,

Ya se lo llevó Dios de esta vida miserable…

 “Esto no va a ver quién lo resista de risa Cristian” “Estoy seguro, pero tiene que ser a coro. ¡O mejor todavía! Puedes hacerlo tú mismo cambiando la voz para interpretar los distintos personajes” A lo que corroboró Antonio de manera entusiasta “Como hacía Pepe Iglesias el Zorro. ¿Lo recuerdas?” “Como no recordar El hotel la sola cama, donde hay bronca toda la semana, y sus frases célebres que repetía todo el mundo sin parar,  ¡Seré bereve!, o ¡Está loca la pelota!, y ¡Ay que risibilidad me dan las cosas risibles! Y la frase con la que solía terminar sus actuaciones, ¡Del finado Fernández, nunca más se supo!”

Estaban satisfechos del trabajo realizado y ahora quedaba el arduo trabajo para Antonio de memoriza las nuevas composiciones, aunque eso para él “Era pan comido”.


Antonio Morales, Rija

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